El Domingo 13 de noviembre de 1927, la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa organiza un atentado contra el ex-presidente Álvaro Obregón, ese día, Álvaro Obregón viaja en su coche por los rumbos del Castillo de Chapultepec (en esa época, los autos podían circular libremente por la zona), seguido por otro auto en el que viajan sus guardaespaldas.
En la Calzada de los Filósofos, un auto se le empareja y de ahí le lanzan dos (según otra versión, cuatro) bombas de fabricación casera, el auto atacante lleva a cuatro pasajeros: José González (conductor, combatiente cristero), Juan Antonio Tirado Arias (miembro de la ACJM), Luis Segura Vilchis (quien arroja una bomba y que antes organizó el frustrado atentado de Sonora, miembro de la ACJM y de la Liga) y Nahum Ruiz (quien arroja la segunda bomba, miembro también de la ACJM).
Las bombas estallan, pero solo rompen los cristales del auto de Obregón, quien sale ileso del atentado, sólo con raspadas y cortaduras de vidrio (según otra versión, explotan dos de las llantas del auto de Obregón, pero nada más). Obregón regresa después a su casa (en la avenida Jalisco, que hoy se llama avenida Álvaro Obregón), se cambia de ropa y se va a la plaza de toros porque hay una corrida en su honor (esa plaza estaba en la colonia Condesa, en lo que ahora es la tienda “Palacio de Hierro” en la calle de Durango).
Los guardaespaldas de Obregón se lanzan contra el coche atacante. Desde los dos autos se intercambian disparos y hay una espectacular persecución por el bosque de Chapultepec y la avenida Reforma; llegan al Ángel de la Independencia, dan vuelta a la derecha y toman Florencia (en esa época no tenía el mismo sentido de circulación que hoy), luego a la izquierda por la calle de Londres y salen a Insurgentes. En el intercambio de disparos, Nahum Ruiz recibe un balazo en un ojo, que le atraviesa la cabeza, por lo que se desploma, finalmente, los atacantes chocan intencionalmente con otro auto, en la esquina de Liverpool e Insurgentes (según otra versión, el conductor más bien perdió el control y se estrelló con un árbol).
Los conspiradores, obedeciendo a Luis Segura Vilchis, bajan del coche y corren en diferentes direcciones. Nahum Ruiz es abandonado en el auto, dado por muerto (realmente no murió, pero parece que nunca recuperó el conocimiento: agonizó una semana y falleció el 20 de noviembre). Juan Antonio Tirado es detenido rápidamente, pues está manchado con sangre de Nahum Ruiz. José González escapa y desaparece todo rastro de él. Luis Segura Vilchis va a informar a la dirección de la Liga que el atentado se realizó según lo planeado y que Obregón está muerto. Después va a la plaza de toros, donde se deja ver para tener una coartada. Consternado, ve entre el público a Obregón y descubre que el atentado falló. Con toda sangre fría, se acerca y saluda al hombre que minutos antes trató de matar.
La policía tortura e interroga a Tirado Arias, pero parece que no obtuvieron nada. Siguen diferentes pistas hasta que llegan a Luis Segura Vilchis. Éste asegura ser inocente y alega que estaba en la plaza de toros en el momento del atentado: el mismo Obregón testifica que lo vio ahí. Según una versión, la policía detiene de todos modos a Segura Vilchis; según otra, lo dejan libre. El auto desde el que se arrojaron las bombas era propiedad de Humberto Pro Juárez. La policía detiene a tres hermanos Pro: Humberto (dueño del coche), Miguel Agustín (sacerdote jesuita, confesor de varios miembros de la Liga, que vivía en la clandestinidad y que en varias fotos de la época aparece con un bigote falso, disfraz con el que evadía a la policía) y Roberto, aunque éste último es finalmente liberado (una versión dice que fue liberado por falta de pruebas, otra que lo fue por mediación del embajador de Argentina en México).
El 19 de noviembre, Segura Vilchis confiesa ser el autor intelectual del atentado. (Según una versión, estaba libre pero se entregó a la policía e hizo su confesión; según otra, confesó estando en prisión). De acuerdo con la versión católica, habló porque quería que los hermanos Pro Juárez quedaran libres, ya que no tenían nada que ver con el atentado.
La policía interroga a Segura Vilchis. Le preguntan por qué intentó matar a Obregón, y la contestación es:
Porque es un hipócrita perseguidor de mi fe, un asesino de católicos, un traidor a la Patria, a la que intenta destruir en beneficio de los Estados Unidos, al servicio de cuyo imperialismo está.
Le inquieren si no se arrepiente de haber organizado el atentado. La respuesta tajante es:
Si veinte vidas tuviera Obregón, veinte le quitaría para salvar al catolicismo y a la patria de tan ominosa tiranía.
La versión oficial dice que estaba plenamente acreditada la complicidad de los Pro, mientras que la versión católica alega que Plutarco Elías Calles y Álvaro Obregón querían dar un buen escarmiento y ordenaron fusilar a los cuatro detenidos ahí mismo, sin juicio.
Lo que sí es seguro es que los dos hermanos eran también miembros de la Liga. El 23 de Noviembre son fusilados los cuatro detenidos, en este orden: primero el sacerdote Miguel Agustín Pro (tenía 36 años en ese momento), a continuación Luis Segura Vilchis (organizador del atentado, 24 años), luego Humberto Pro (dueño del auto desde donde se arrojaron las bombas, 23 años) y finalmente Juan Antonio Tirado.
Hay fotos dramáticas de este fusilamiento: en una se ve a Miguel Agustín Pro arrodillado y rezando frente al paredón, en otra se le ve erguido con los brazos abiertos en cruz en el momento de ser fusilado, y en otra más cuando está en el suelo, muerto. También hay fotos de las siguientes ejecuciones, y en cada ocasión se puede ver el cuerpo del fusilado anterior en el suelo.
Miguel Agustín Pro Juárez, popularmente conocido como “Padre Pro”, es beato desde 1988 y se espera que en un futuro cercano sea canonizado. Sus cenizas se encuentran en el templo de La Sagrada Familia, en la colonia Roma de la Cd. de México (templo al que estuvo asignado en 1926).
En su memoria, los jesuitas fundaron en 1988 el “Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez”, organización no gubernamental que lucha por “defender, promover e incidir en la vigencia y el respeto de los derechos humanos en México…”.
Luis Segura Vilchis, el autor intelectual del atentado, es reivindicado como mártir por las organizaciones católicas actuales.
- Un agradecimiento a Sergio García Guzmán por haberme compartido este articulo acerca del Atentado hacia Álvaro Obregón y la Muerte del Padre Pro.
Hola, estoy buscando informacion sobre quie fue el que bendijo el arma con la que Toral mato a obregon, ya cheque el otro link, fue Aurelio Jimenez pero quiero saber mas acerca de el, ya que tengo un trabajo que entregar este sabado y mi profesor dice que fue Pro, el que bendijo el arma, asi que agradecere la informacion que proporcionen, gracias.
Porque no lees otros artículos que hable de la verdad? Ósea que lo que diga el Gobierno toda es verdad? Nunca has ido con los Jesuitas para consultarlos? No se te hace extraño que no les hayan hecho un juicio?