La situación política y social en la Nueva España, ya era bastante critica, donde había una división racial muy marcada en la cual los españoles peninsulares, a pesar de ser minoría, tenían un gran poder en la colonia y los criollos, mestizos, negros, mulatos e indígenas estaban descontentos por no tener los mismos privilegios que los gachupines.
Valladolid, la cual era la capital del Obispado de Michoacán, se distinguió por ser una ciudad que tenia importantes centros de estudios, donde entre sus estudiantes predominaba el pensamiento liberal e ilustrado.
En 1808, la ciudad recibe la noticia de la invasión de Francia a España, lo cual enardece mas los ánimos de insurrección que existía entre la población.
En Septiembre de ese año, es cuando comienzan a reunirse clandestinamente varias personalidades de origen criollo en la casa de alguno de ellos con la finalidad de realizar juntas para fomentar la insurrección.
Entre estas personalidades se encontraban el General Mariano Michelena, el Capitán de Regimiento de Valladolid Gabriel García Obeso, el Licenciado Manuel Ruiz de Chávez, Fray Vicente de Santa María, Don Mariano de Quevedo y los licenciados José Nicolás de Michelena y Soto Saldaña, entre otros tantos.
Estos personajes planificaron un levantamiento armado para el 25 de Diciembre de 1809, pero desafortunadamente para ellos fueron delatados por el Cura Manuel de la Concha el 21 de Diciembre de 1809; en esa ocasión fueron aprehendidos los hermanos Michelena, Gabriel García Obeso, el Capitán José María Abarca y el Fray Vicente Santa María por el Comandante Juan José Martínez de Lejarza siendo encarcelados en el Convento del Carmen.
Por lo que esta conspiración fue una importante inspiración para otros movimientos que surgieron posteriormente y finalizado con el conocido levantamiento del 16 de Septiembre de 1810 en el estado de Guanajuato por el Cura Miguel Hidalgo y Costilla.