La Guerra de los Tres Años o mejor conocida como Guerra de Reforma, fue una confrontación que se dio entre los dos grupos en los cuales estaba divida la sociedad política de aquellos tiempos: el Grupo Liberal y el Grupo Conservador.
Cuando el General Félix Zuloaga, perteneciente al bando conservador, lanzó su Plan de Tacubaya, el 17 de Diciembre de 1857 y que pretendía derogar y sustituir la Constitución promulgada ese mismo año, el gobierno legítimo de Ignacio Comonfort, primero, y de Benito Juárez después, con el apoyo de la mayoría de los estados de la República (entre ellos Guanajuato), se dispuso a defender la vigencia de las leyes.
Fue una terrible guerra, la cual se alargaría por tres años, en los que ambos ejércitos tuvieron incontables avances y retrocesos a lo largo de la franja central del país, desde Nayarit a Veracruz, sin que se vislumbrara un vencedor claro a pesar de los brillantes militares y políticos con que contaban los dos bandos.
Fue necesaria la avanzada del General Jesús González desde Zacatecas y San Luis Potosí para que las fuerzas constitucionalistas lograran desalojar del occidente del país a sus adversarios, poniendo en la mira la capital de la nación. Pero para lograr la reconquista de la Ciudad de México habría que enfrentar primero, al bien organizado y armado ejército del General Miguel Miramón, presidente del bloque conservador.
Las Lomas de las Ánimas, en Silao, fueron el escenario donde el General González Ortega, apoyado por el gran estratega del General Ignacio Zaragoza, se impuso el 10 de Agosto de 1860 a las tropas de Miramón y de esta forma, logro abrir la ruta hacia la capital del País.
La artillería liberal, excelentemente manejada, fue decisiva en esta confrontación, provocando un total desorden entre los conservadores.
El General Miramón apenas logró escapar y el General González Ortega, en un acto de benevolencia y "en honor de la bandera de progreso y civilización que defendemos", decretó la libertad de los oficiales detenidos.
El 1 de Enero de 1861, el Presidente Benito Juárez regreso triunfal a la Ciudad de México, y esto fue gracias a la batalla decisiva que se llevo a cabo en Silao, el cual en honor a aquel evento se nombra "Silao de la Victoria".
En honor a esto, atrás de la Parroquia de Santiago Apóstol, en el centro histórico de Silao, se encuentra un mural hecho por el artista Tomas Chávez Morado.