Aristeo Pedroza nació en Tuxpan, Jalisco en el año de 1900. Hizo sus estudios eclesiásticos en el Seminario de Ciudad Guzmán, y más tarde en el de Guadalajara, donde se ordenó sacerdote en el año de 1923. Ejerció en ministerio primero en Ayo el Chico y después en el pueblo de La Barca. Al ordenar el episcopado mexicano la suspensión de cultos, regresó a Ayo el Chico para organizar con sus antiguos feligreses el levantamiento cristero local.
En 1928, el General Enrique Gorostieta lo nombró jefe de operaciones militares de la región de Los Altos. Fue herido y hecho prisionero en una escaramuza ente su grupo y tropas federales cerca de la población de Arandas, en el momento en que la suspensión del fuego había sido ya acordada. Al percatarse de la importancia del prisionero sus captores dieron parte a las autoridades gubernamentales, quienes ordenaron su inmediato fusilamiento que tuvo lugar en julio de 1929.
Se cuenta que Aristeo Pedroza era un hombre de extraordinario valor y temerario, inflexible en sus edenes, y poseedor de gran sangre fría. Entre sus acciones más conocidas se encuentran la de haber participado en el asalto e incendio del Tren de Guadalajara, y la de haber decidido pasar por las armas, a uno de los cristeros más conocidos y populares: Victoriano Ramirez,»El 14″
El Padre Aristeo Pedroza ordenó la ejecución inmediata del General Victoriano Ramírez «El Catorce», y esto con el fin de evitar desórdenes entre los cristeros, pues «El Catorce» era muy famoso, resolvió cumplir la sentencia de inmediato. El último acontecimiento de la Guerra Cristera en San Francisco del Rincón, fue un ataque efectuado por el padre Pedroza y Lauro Rocha el 5 de Abril de 1929, librándose aguerrido combate en las inmediaciones de lo que hoy es la Colonia Cuauhtémoc. Murió el 3 de Julio de 1929.
Luego de su muerte fueron asesinados los jefes cristeros del estado de Guanajuato como Luciano Serrano, Primitivo Jiménez y José Padrón; en Zacatecas fueron hechos prisioneros y asesinados casi todos los oficiales cristeros como Pedro Quintanar y Porfirio Mallorquín.
Corrido del Padre Pedroza (San Miguel el Alto, Jal.)
Voy a cantar un corrido,
no digan que yo lo ví,
agarraron a Pedroza
porque Dios lo quiso así.
Para poderle agarrar
le dispararon un tiro,
le pegaron en un brazo,
quedó baldado de a tiro.
Jesús Ignacio les decía:
-mándeselos a quitar,
eso que no cabe duda
que lo van a fusilar.
Lo pasaron por la calle,
toda la gente lloraba,
con sus miradas tan tristes
a todos los adoraba.
Lo pasaron por la calle,
por la calle del hotel,
lo tiraron de a caballo
y lo pasaron al cuartel.
El general le decía:
-Padre, yo no lo afusilo,
voy a poner en la prensa
que en Arandas fue rendido.
El verdugo le decía:
-Padre yo no lo afusilo,
para poner en la prensa
que en Arandas fue rendido.
El Padre le contestó
con una voz muy humilde:
-afusilame al momento
¡qué esperanzas de rendirme!
A las tres de la mañana
lo sacaron al panteón,
de verlo tan noble
se le movía el corazón.
A las tres de la mañana
lo tenían en el panteón,
le dieron tres balazos
al lado del corazón.
Ya con esta ahí me despido
con una muy bella rosa,
aquí termina el corrido
de Jesús y Aristeo Pedroza.