Se conoce como Segundo Imperio a la época en la cual estuvo reinando Maximiliano de Habsburgo como Emperador en México, de 1864 a 1866.
Como dato curioso, cabe comentar que esta fue la primera moneda mexicana que abandonó el sistema octaval o de reales, por lo que se trata por lo tanto, del primer peso mexicano del sistema decimal. El diseño de esta moneda es considerado por los expertos como uno de los mas bellos acuñados en el siglo XIX.
En ese periodo de tiempo, se acuñaron monedas con su nombre e imagen; en cobre se acuñaron de uno y cinco centavos, de plata se acuñaron de cincuenta centavos y de un peso, por ultimo, de oro se acuño una moneda de veinte pesos.
Esta acuñación de monedas se dio en cuatro diferentes casas de moneda: Guanajuato, San Luis Potosí, Zacatecas y México.
La acuñación de las monedas de un peso empezó en la Ceca de México, el 7 de Febrero de 1866 ante la presencia del mismo Emperador Maximiliano, a quien acompañaban el Secretario de Estado Ramírez y el Subsecretario Ulibarri. El director de la casa obsequió a cada uno de los tres dignatarios algunos ejemplares de las nuevas monedas.
Maximiliano se manifestó tan gozoso con la perfección del trabajo, que dio órdenes verbales para que se diera a cada una de las personas que laboraban en el establecimiento dos piezas de un peso tomadas de la libranza que él había visto acuñar.
La moneda de cincuenta centavos que acompaña este articulo fue acuñada solamente en la casa de moneda de México, su diámetro es de 30 milímetros, con un peso de 13.3565 gramos y esta compuesta de .9030 de plata.
En el Anverso presenta el Escudo de Armas del Imperio, con la leyenda “Equidad en la Justicia”; en la parte alta dice: “Imperio Mexicano”, mientras que en la parte inferior viene la leyenda: “50 Cent. 1866” y la información de la ceca, que en este caso es “Mo”.
En el Reverso, viene la imagen del emperador de perfil y mirando hacia a la derecha, con la inscripción: “Maximiliano Emperador” y en la parte baja de la moneda se pueden leer en una cinta los apellidos de los tres grabadores: Ocampo, Navalón, Spíritu; cuyos respectivos nombres eran Cayetano, Sebastián y Antonio.
Cayetano Ocampo y Antonio Spíritu eran discípulos de Sebastián Navalón, formados en la Academia de las Tres Nobles Artes de San Carlos.