Nació en 1775 en la Hacienda de La Daga, en las cercanías de Lagos, Jalisco, que en su honor lleva ahora su nombre.
Estudió en el Seminario de Guadalajara, y vuelto a su lugar natal, se dedicó al comercio y al cuidado de sus propiedades, pues su familia era solvente.
Ya en los primeros meses de 1814 se hizo sospechoso a las autoridades de Lagos, de que estaba de acuerdo con los insurgentes, vigilándolo estrechamente.
Receloso Moreno también, salió de la ciudad, para establecerse en la hacienda de La Sauceda, donde se le reunió su esposa, doña Rita Pérez, con sus hijos pequeños y en efecto, Moreno empezó a trabajar en favor de la causa de la Independencia, llegando a reunir a la gente que trabajaba en sus haciendas y a otros muchos campesinos, para unirse con ellos a los guerrilleros de la Sierra de Comanja.
Desde ese tiempo y hasta mediados de 1817, Moreno sostuvo numerosos encuentros con las tropas realistas, distinguiéndose por su celeridad en los ataques, por la disciplina y valentía de su tropas. Defendía el Fuerte del Sombrero, cuando el 24 de junio de 1817 se le unió Mina, quien el 26 comunicó a la Junta de Gobierno de Jaujilla su incorporación al movimiento armado de La insurgencia.
Los coroneles Ordóñez y Castañón y el teniente coronel Castañón, con tropas realistas, marcharon contra las posiciones de El Sombrero, y el 27 del mismo junio salieron del fuerte Mina y Moreno, dispuestos a cortarles el paso en San Felipe; pelearon el 28, matando a Ordóñez y a Castañón y a más de 300 realistas.
Algunos días después volvieron a salir juntos a la hacienda de El Jaral, donde su propietario, el marqués Juan de Moncada, hacía constante guerra a la insurgencia. El 7 de julio tomaron la hacienda, recogiendo de allí 140,000 pesos que llevaron al fuerte.
Después del sitio que el coronel Liñán puso al Fuerte de El Sombrero, Moreno dispuso que el 19 de ese mes, la guarnición, que había resistido al asedio, abandonara sus posiciones a altas horas de la noche; pero fue sorprendida en la maniobra y destrozada por los sitiadores. Moreno pudo ponerse a salvo; pero en la mañana del día 20, Liñán entró en el fuerte, y ordenó que todos los prisioneros fueran fusilados, incluyendo a los heridos y enfermos que había en el hospital, no sin que antes, los sentenciados a morir, trabajaran en la demolición de las fortificaciones.
Pedro Moreno siguió desde entonces, por acuerdo de la Junta de Jaujilla, a las órdenes de Mina, quien tomó el mando de las fuerzas que operaban en la Sierra de Comanja. Con él siguió incursionando por diversos lugares y, finalmente, el 25 de octubre de 1817, en la madrugada, atacó a Guanajuato. Allí las tropas fueron dispersadas, Mina y Moreno se retiraron a la hacienda de La Luz, donde los restos de sus tropas fueron disueltos, recomendándoles que se reincorporaran a sus respectivos distritos.
Con una escolta de 60 hombres, ambos caudillos llegaron la mañana del 26 de octubre al rancho de El Venadito, perteneciente a la hacienda de La Tlachiquera, donde pernoctaron y descansaron.
Al amanecer del día 27 del mismo octubre, encontrándose el insurgente Pedro Moreno desarmado y de pie, tomando una taza de café, una partida de realistas, de las tropas de Orrantia, cayó sobre el lugar, disparando sus armas sobre los insurgentes guarecidos. Moreno cayó acribillado a balazos, y los demás que no murieron, por estar en otros sitios, fueron hechos prisioneros, entre ellos Francisco Javier Mina.
El cadáver de Pedro Moreno fue decapitado, y su cabeza llevada por Orrantia en triunfo. Mina fue aprendido por un dragón llamado Juan María Cervantes, y llevado también ante Arrantia, quien lo trasladó al campamento de Liñán.
Información proporcionada por WikiLeon