Como todos bien sabemos, nuestra historia cuenta con muchos puntos oscuros de los cuales se sabe poco o de plano nada, por lo que de esta forma existen casos tales como el de Los Buques Petroleros Hundidos, de los cuales la historia oficial nos dice que fueron hundidos por submarinos alemanes aunque existen teorías de que fueron hundidos por los norteamericanos para así obligar a México a entrar en la Segunda Guerra Mundial, o el caso de los Mártires del 2 de Enero, que pertenecían al grupo sinarquista y que se cuenta que eran financiados por nazis.
Pero bueno, para no extenderme mas con el tema, transcribo una nota del Periódico AM en la cual se habla de la conocida Operación Nazi que acontecía en México en la década de los años treintas y cuarentas:
Por RAÚL OLMOS
Publicada el 12/30/2012
Sentado en el banquillo de los acusados, el banquero de Adolf Hitler confesó: los nazis pretendían controlar yacimientos de petróleo en México para abastecer a sus fuerzas armadas. Era el día 115 del juicio de Nüremberg contra los criminales nazis. Wilhelm Keppler, uno de los primeros financieros en proveer de fondos a Hitler, reveló los detalles del operativo alemán para explotar la riqueza petrolera de México:
“Yo era Presidente de la Oficina del Reich para la Investigación de suelos. Yo estaba a cargo de la geología del petróleo. A través de este cargo me enteré de lo que estaba sucediendo. Fue allí donde oí la proposición para adquirir un yacimiento de petróleo en México”.
Es la tarde del 24 de abril de 1946. El interrogatorio lo encabeza John Rogge, auxiliar del fiscal general norteamericano ante el Tribunal de Crímenes de Guerra. A Rogge lo acompaña el agente Paul Ertzinger. Sin concesión, ambos bombardean con preguntas acerca de los intereses nazis en México. Uno de los investigadores afirma contundente:
“Lo sabemos. (William Rhodes) Davis vendió petróleo de México a Alemania, una vez a la Marina, la otra vez a Hermann Goering, comandante supremo de la Fuerza Aérea nazi. Nos gustaría conocer los detalles”.
Al saberse cercado por los fiscales, Keppler aporta detalles de la operación encubierta, en la que se recurrió a empresas camufladas, a prestanombres y a agentes nazis que negociaron con altos funcionarios mexicanos.
El propio Herman Goering –uno de los 3 hombres fuertes del régimen nazi- confiesa ante sus interrogadores en Nuremberg que Adolfo Hitler estuvo enterado de esta operación encubierta, y que sugirió que se deberían tomar los yacimientos petroleros de México al menor costo y cuando fuera necesario. Miles de documentos desclasificados en Estados Unidos y en Alemania demuestran que el régimen de Hitler recibió millones de toneladas de petróleo mexicano para mover a sus fuerzas armadas durante la II Guerra Mundial. Los detalles permanecieron en secreto durante 70 años.
La operación encubierta
›› Al terminar la II Guerra Mundial, los servicios de inteligencia militar de Estados Unidos realizaron una minuciosa investigación sobre los mecanismos financieros que utilizaron los nazis. En la pesquisa, descubrieron cartas y expedientes secretos que desmenuzaban todos los detalles de una operación encubierta del régimen de Hitler, para explotar una base de producción petrolera en Poza Rica, Veracruz.
Uno de los documentos alemanes, fechado el 29 de abril de 1940, tiene el explícito título ‘Adquisición de concesiones petroleras en México’. En la misiva, se menciona que el banco alemán Dresdner había liberado un pago de 600 mil libras inglesas para acelerar el trabajo de exploración del campo petrolero en México.
El expediente secreto no deja dudas del avance de la incursión nazi, pues aporta detalles muy precisos, como por ejemplo que el campo de extracción estaba ubicado a una distancia de 40 a 100 kilómetros de la costa de México, en el Golfo. Y hasta cita las estimaciones de la producción esperada:
“De acuerdo a informes preliminares de los geólogos, el pozo es capaz de producir un suministro anual de hasta 10 millones de toneladas de crudo”.
Los planes nazis eran que ese petróleo sirviera para abastecer a las fuerzas armadas de Hitler. Por ello, en las negociaciones había participado el Alto Mando de la Armada (el Oberkommando). Su flota tenía una creciente demanda de petróleo y se buscaba garantizar fuentes de abastecimiento.
A la par, el Oberkommando nazi gestionaba el control de campos petroleros en Iraq, cerca de Mosul. La operación encubierta la realizaba el Dresdner Bank, según detalla la siguiente misiva:
“Al igual que con las negociaciones para la participación en los campos de petróleo de Mosul, también aquí (en México), el Alto Mando de la Armada utiliza al Dresdner Bank para efectos de camuflaje y para el aspecto financiero del proyecto”.
En septiembre de 1937, el régimen de Hitler había enviado a México a dos agentes: uno de apellido Erk (quien se presentaba como ejecutivo del Dresdner Bank) y a otro de apellido Bentz (representante de un supuesto Instituto de Geología para la exploración petrolera).
Las negociaciones avanzaron muy pronto y en febrero de 1938 ya habían acordado con el Gobierno del entonces presidente Lázaro Cárdenas un contrato previo de concesión.
Ante el elevado costo que representaba trasladar productos refinados desde México, los nazis propusieron triangular el envío de crudo a Alemania. Pretendían que el petróleo mexicano se enviara a una moderna y eficiente refinería en las Islas Canarias, para que en ese sitio se procesara la gasolina, el combustible para aviones, gasóleo y otros petroquímicos que requería el Alto Mando de la Armada nazi.
Petróleo mexicano
para la Armada de Hitler
›› En una declaración jurada del 28 de diciembre de 1945, el presidente del Dresdner Bank, el prominente nazi Hans Pilder, confirmó que el Alto Mando Naval de los nazis estuvo detrás de la operación secreta para tomar el control de yacimientos petroleros en México.
Para ello, reveló que se creó una pequeña empresa (Compañía Minera de Ultramar) con un capital de 50 mil marcos, al frente del cual estaban dos supuestos socios:
“El señor Bentz tenía la misión de estudiar las condiciones geológicas (para el yacimiento en México) y el señor Erk tenía que estudiar los asuntos comerciales y empresariales”.
En su declaración por escrito, Pilder mencionó que al retornar de su primer viaje de exploración a México, el señor Bentz elaboró un informe en el que dio el punto preciso en donde los nazis pretendían invertir:
“Recuerdo que varias veces repitió el nombre de un campo petrolero ‘Poza Rica’, que fue descrito como muy prometedor”.
En un intento de minimizar la trascendencia de la operación encubierta, el entonces Presidente delDresdner Bank calificó el operativo nazi en México como “un mero episodio” y que por ello los investigadores no encontrarían “más detalles sobre el asunto en mi mente”.
Días después los agentes de inteligencia militar de EU refrescaron la memoria de Pilder, quien reveló la participación del Oberkommando nazi en la operación encubierta en México.
-¿Recuerda quién le habló de este plan, en el Alto Mando de la Armada? –le preguntó un investigador militar el 24 de enero de 1946.
-Un señor de apellido Fetzer.
-¿Qué rango tenía?
-Fue subsecretario, no oficial. Pero creo que fue el comandante del Alto Mando de la Armada el que se acercó a nosotros.
-¿A qué se debía que la Marina Alemana interviniera en el tema de la exploración de yacimientos?
-Por su papel de consumidor de petróleo.
-¿En el banco, quién tenía información con el Oberkommando nazi? ¿Quién continuó las negociaciones?
-Erk.
-¿Quién llamó al señor Bentz (para realizar la exploración petrolera en México)?
-Erk o el Alto Mando de la Armada.
El representante en México del Dresdner Bank era el Banco Germánico de la América del Sur, cuyo asistente de la dirección –un hombre de apellido Bork- era el jefe del Partido Nazi en nuestro País, según las pesquisas estadounidenses.
Prestanombres
y negociaciones ocultas
››La información de esta operación encubierta fue confirmada por Georg Adolf Hertslet, un funcionario nazi, quien fue enviado a México por el Ministerio de Economía del Reich, para concluir las negociaciones iniciadas por Erk y por Bentz.
Hertslet llegó a México en julio de 1939, días antes de que estallara la II Guerra Mundial. El joven funcionario se había sumado al Partido Nazi en 1933, cuando tenía 20 años de edad, y al cumplir los 25 años ya se ostentaba como Director de Comercio Exterior del Wirtschafts Gruppe, con sede en Berlín.
Llegó a México con el respaldo del régimen nazi, y en su estancia se multiplicaron casi 6 veces los envíos de petróleo mexicano a Alemania.
En 1942, al extenderse el enfrentamiento bélico en Europa, Hertslet dejó México y se sumó al Ejército alemán. Fue sometido a juicio por una supuesta traición y condenado a muerte en octubre de 1943. Sin embargo, las pruebas en su contra se perdieron en un ataque aéreo y su pena fue conmutada a un año de cárcel. Al salir, se reincorporó a las fuerzas nazis, pero corrió con mala suerte, pues fue apresado por soldados estadounidenses el 12 de julio de 1945 en Alemania, y llevado a juicio en Nuremberg, por crímenes de guerra.
En el interrogatorio al que fue sometido el 7 de agosto de 1945, reveló que la firma alemana Ferrostaal logró cerrar una transacción con el Gobierno mexicano para construir las plantas hidroeléctricas de Ixtapantongo (inaugurada en agosto de 1944 en el Estado de México) y Palmito (en Durango). El intermediario por el lado mexicano fue la empresa Bach&Dorsch. A cambio de estas obras, el Gobierno mexicano se comprometió a enviar más petróleo a Alemania, según reveló Hertslet ante el Tribunal de Nuremberg:
“En pago por las plantas (hidroeléctricas), México tuvo que aumentar los envíos de petróleo a Alemania. Estos envíos eran manejados por Distribuidora de Petróleos Mexicanos, asistido por dos representantes de Alemania, Rekowski y Klamhoth”.
En esta transacción participó Carl Berthold Franz Rekoswki, quien se ostentaba como empresario proveedor de la industria del papel, aunque en realidad encabezaba una red de espionaje nazi en México y trabajaba al servicio del Oberkommando alemán.
De acuerdo con la declaración de Hertslet, en la operación encubierta participó una tercera empresa: ‘Behr&Co., Bremen’, importadores de algodón que fueron utilizados como empresa ‘fachada’, prestanombres o testaferros “simplemente para evitar la detección del destinatario real” del petróleo mexicano: el Gobierno de Hitler.
“Todas las importaciones de petróleo enviadas a través de ‘Behr&Co., Bremen, fueron recibidas por el Departamento de Marina de Alemania”.
En este capítulo de la historia surgen dos nuevos personajes: un subsecretario o consejero ministerial del Gobierno de Hitler, de apellido Fetzer, que era el responsable de coordinar los envíos de crudo. Y un petrolero texano, William Rhodes Davis, quien fungió como intermediario con el régimen nazi. Así lo relató Hertslet en una declaración bajo juramento:
“Como resultado de los envíos de petróleo en continuo aumento, la posición de México en el comercio exterior de Alemania se hizo cada vez más importante. Además de Klamroth y Rekowski (los dos alemanes que trabajaban para Petróleos Mexicanos), William Rhodes Davis, dueño de ‘Davis&Co. Inc’, de Nueva York, actuaba como intermediario para los intereses del petróleo mexicano”.
Pronto, Davis se convirtió en el principal exportador del petróleo mexicano a Alemania, a través de la firma ‘Eurotank’, de Hamburgo. Por el lado mexicano, Davis hizo los arreglos a través del entonces secretario de Hacienda, Eduardo Suárez, y por el lado alemán con Fetzer, quien a su vez informaba de todas las transacciones al Ministerio de Economía nazi.
Hertslet declaró en el Tribunal de Nuremberg que Davis logró multiplicar los envíos de petróleo mexicano a Alemania, pues en 1938 se mandaron 300 mil toneladas y al cierre de 1939 la cifra prevista se elevó a 1 millón 700 mil toneladas.
“El petróleo crudo fue entregado a la refinería Eurotank, de Hamburgo, mientras que la gasolina fue enviada a la Marina alemana. Además, todos los demás productos, como el asfalto, alquitrán y petróleo, podrían ser importados a pedido de Davis”.
En el contrato firmado en abril de 1939 –cuatro meses antes de estallar la guerra- Davis se comprometió a entregar un porcentaje de sus ganancias a Rekowski y a Klamroth, para que ambos ciudadanos germanos le cedieran el monopolio de venta de petróleo a Alemania.
Cuando Herstlet fue enviado a México a investigar las transacciones de Davis, descubrió que en agosto de 1939 se había firmado un nuevo acuerdo que ampliaba los envíos de petróleo al régimen de Hitler. Ese nuevo contrato lo concretó el Secretario de Hacienda, previa aprobación del entonces presidente de México, Lázaro Cárdenas, pero no pudo hacerse efectivo plenamente porque días después de la firma estalló la II Guerra Mundial.
El lugarteniente de Hitler observa a México
›› El 15 de abril de 1946, Hermann Goering, el terrible lugarteniente de Hitler y comandante supremo de la Fuerza Aérea nazi (la Luftwaffe), declaró en el Tribunal de Nuremberg:
“Durante un tiempo yo estaba interesado en México por el petróleo”.
En el transcurso de otros interrogatorios, Goering detalló cómo intervino para lograr que el combustible mexicano alimentara a su flota aérea. Y reveló que los envíos de petróleo continuaron en plena Guerra Mundial, en forma encubierta.
El 4 de mayo de 1946 se desarrolló en Nuremberg el siguiente careo entre Goering y Paul Koerner, ex Secretario de Estado de Prusia, en el que se abordó el caso del envío de petróleo de México, realizado por el empresario William Rhodes Davis:
Goering a Koerner: La cuestión que se discute, se refería a un acuerdo petrolero bastante grande, para lo cual el hombre en cuestión, creo que Davis, me habló. Que yo sepa con certeza, estaba en Karin Hall (el suntuoso palacio que Goering dedicó a su primera esposa). También me dieron permiso para realizar esta operación y el desarrollo debe haber tenido lugar en relación con el Plan de Cuatro Años.
Koerner: Sí, lo recuerdo muy bien que estaba en Karin Hall, también el nombre. Es posible que el señor Davis me llamara. Por supuesto, ya no puedo decirlo con certeza del 100%. Si él me llamó en persona, tendrá que repetir lo que había dicho. Ya olvidé los detalles, ya que era un asunto para el Plan de Cuatro Años y estábamos a sólo una oficina de distancia y si fuera así, el Sr. Davis sin duda había visto al señor Fetzer varias veces. El señor Fetzer fue el encargado de esos asuntos.
Goering: Lo que me importa es que usted también se acuerda del nombre de Davis.
Koerner: Definitivamente recuerdo el nombre de Davis.
Interrogador: ¿Sabe usted cómo era este hombre?
Goering: Era un poco más alto que tú (señala a Koerner y hace memoria). Lo veo muy claramente sentado frente a mí.
En el mismo careo, el comandante de la Fuerza Aérea nazi ratificó que él participó en las negociaciones con Davis, para la compra del petróleo mexicano.
“Sólo había este hombre con los intereses petroleros en México, que negoció con Fetzer los detalles de la cantidad de petróleo para importar; este es el mismo hombre que tuvo una conversación política conmigo”.
Y reveló que las compras continuaron durante la II Guerra Mundial.
“Es un hecho que fue Davis quien tomó el principal interés en esta operación, y ya he dicho ayer, al principio, que la charla (con Davis en el Palacio de Karin Hall) se trató este asunto, y por eso digo que no era antes de la guerra, digo yo que por esta razón debe haber ocurrido durante la guerra”.
Dos días después, Goering ratificó ante su interrogador que Davis continuó enviando petróleo mexicano a Alemania en plena guerra.
“Recuerdo que este asunto se produjo durante la guerra. Yo creo que la guerra ya había comenzado entonces, ya que el punto de la cuestión era hacer que el petróleo estuviera disponible en ciertos lugares en el océano (…) he podido recordar que el asunto llegó después de estallar la guerra, ya que él (Davis) dijo que podría hacer llegar el combustible para la Armada en diversos lugares, a fin de que cruceros auxiliares los reabastecieran”.
Davis presumía ante Goering que él logró rescatar el abasto de combustible mexicano para Alemania, incluso después de que el presidente Lázaro Cárdenas decretó la expropiación petrolera. Así lo expuso el comandante nazi en el Palacio de Justicia de Nuremberg, el 6 de mayo de 1946:
“(Davis) es el hombre que vino a mí, me dijo que él era el único americano que fue capaz de obtener su petróleo de regreso de México después de que todos los demás perdieron su petróleo”.
En otro interrogatorio realizado el 6 de junio de 1946, se le preguntó a Goering sobre la participación del agente nazi Hertslet en la operación encubierta en México, pero el comandante supremo de la Luftwaffe prefirió callar.
La orden de Hitler:
Incursionar en México si es necesario
›› El 29 de agosto de 1946, Hermann Goering reveló que Adolfo Hitler estaba de acuerdo con que se explotaran los yacimientos petroleros en México.
-¿Sería justo decir que él Führer deseaba la mayor cantidad posible de adquisiciones en el menor costo y en el menor tiempo posible? –se le cuestionó en Nuremberg.
-Sí, seguramente. Si se habla de la adquisición de tierras en todo, entonces es la tierra tanto como sea posible y al menor costo posible. Tanto como sea necesario, es decir, como si tomaran parte de México cuando lo necesiten –respondió el lugarteniente de Hitler.
-¿Y el Führer hizo declaraciones al respecto?
-Sí, lo hizo.
Wilhelm Keppler, quien durante la II Guerra Mundial fungió como Secretario de Estado de Alemania, contradijo a Goering, pues según él, Hitler estuvo enterado de la explotación de yacimientos mexicanos, pero no estaba totalmente de acuerdo con esa fuente de abastecimiento para la Armada. Así lo declaró en Nuremberg el 24 de abril de 1946:
“Estaba en contra de que Alemania tratara de comenzar la producción de petróleo en el exterior. El Führer no quería eso. Fue un proyecto de las empresas alemanas. Tenían la intención de participar, si era posible, en el desarrollo de los campos petroleros de Iraq, cerca de Mosul, perforar pozos para enviar ingenieros y para producir petróleo nosotros mismos. El Führer estabaen contra”.
-¿Cómo supo que Davis trabajó con el Alto Mando de la Armada? ¿Usted lo sabía? -le preguntó un investigador militar.
-Yo tenía que ver con el petróleo en otro campo. Yo era presidente de la Oficina del Reich para la Investigación de Suelos, yo estaba a cargo de la geología del petróleo. A través de éste me enteré de lo que estaba sucediendo. Fue allí donde oí la proposición para adquirir yacimientos de petróleo en México. He trabajado en contra de eso. Un día, el Ministerio de Marina dirigió un documento grueso al Führer, que decía que yo debería ser sometido a corte marcial, ya que estaba trabajando en contra de suministro de petróleo a la Armada. Que yo sepa, tiene que haber sido Fezter quien hizo eso o quería hacerlo.
Keppler, uno de los hombres de más confianza de Hitler, relató que recibió la visita de Davis antes de que estallara la guerra, y éste le expuso el plan de explotar yacimientos mexicanos. Conforme pasó el tiempo, se enteró que al plan se sumó el Alto Mando de la Marina nazi.
Paul-Otto Schmidt, quien actuó como el intérprete oficial de Hitler, también conoció esta operación encubierta. El 1 de mayo de 1946, confirmó en Nuremberg el nexo de uno de los agentes nazis: “Rekowsky estaba relacionado con el petróleo mexicano”.
El misterioso Fetzer y su castillo
››¿Quién era el misterioso funcionario alemán que había negociado la compra del petróleo mexicano? En decenas de interrogatorios en el Tribunal de Nuremberg sólo se le cita por su apellido: Fetzer. Su edad: unos 50 años, y su cargo, Subsecretario o Consejero Ministerial en el Gobierno de Hitler.
Wilhelm Keppler, uno de los primeros empresarios en financiar el movimiento nazi de Hitler, declaró el 24 de abril de 1946, que este misterioso personaje logró huir al terminar la guerra y se ocultó en un castillo ubicado cerca de las fronteras de Alemania con Suiza y Austria, junto a un paradisiaco lago, entre las pequeñas ciudades de Lindau (de apenas 35 mil habitantes) y Fridrichshafe (de unos 58 mil residentes).
-¿Quién era el hombre del Alto Mando de la Marina que maneja los asuntos con Davis? –se le preguntó a Keppler durante el juicio en Nuremberg.
-Creo que fue el subsecretario Fetzer. Trabajó en la cuestión del petróleo en la Marina.
-¿Cuál era su nombre?
-No lo sé. Fue Subsecretario del Oberkommando (OKM) y perdió su puesto durante la guerra.
-¿Cuándo?
-Debe haber sido en 1943.
-¿Sabe usted dónde vive?
-En el Lago Constanza, en un castillo. Su esposa era muy rica. Vive cerca de Lindau, entre Lindau y Friedrichshafen. Que yo sepa, él es el único (funcionario de la Armada) que tenía que ver con Davis.
-¿Hizo negocios con William Rhodes Davis?
-No sé, es posible. Yo sé que Fetzer había expresado el deseo de convertirse en socio de los recursos petroleros de México.
Este personaje, quien aparece en documentos oficiales del régimen nazi con la identidad de Dr. FritzFetzer, abandonó a principios de 1943 su puesto en la Marina, porque se negó a continuar con la maquinaria de guerra de Hitler. Abandonó sus planes de abastecer a las fuerzas germanas de combustible mexicano y se retiró al castillo Moos, en Lindau.
Información tomada Periódico AM