Era el año de 1989 cuando un par de trabajadores, quienes daban el servicio de fumigación a las salas de cine que anteriormente se encontraban en ese pasaje, debían esperar hasta el termino de la última función para dar el servicio por el cual estaban contratados.
Cabe comentar que en la época de la Revolución Mexicana, ese lugar era el patio trasero de la Casa de las Monas, lugar donde Francisco Villa había montado su cuartel militar en su estancia en esta ciudad.
Y como es de imaginarse, este patio fue testigo de muchas ejecuciones, muertes y dolor; de hecho se dice que durante la construcción de las salas de cine, se encontraron una gran cantidad de osamentas que inexplicablemente fueron dejadas en el lugar como parte de los cimientos de este cine.
Volviendo al año de 1989, se encontraban estos dos trabajadores a punto de iniciar sus labores cuando fueron interrumpidos al escuchar voces detrás de ellos, rápidamente volvieron sus miradas para intentar ubicar el origen de las voces pero extrañamente no pudieron ver nada, solo se encontraban ellos en el lugar y un velador dando su ronda acostumbrada.
Pensaron que su imaginación les había jugado una mala pasada, cuando volvieron a escuchar ruidos, pero en esta ocasión eran pasos de un niño que corría mientras las voces hacían nuevamente su aparición aumentando de volumen.
Y al escuchar que una puerta se azoto, caminaron lo mas rápido posible hacia donde estaba el velador y al llegar con el le preguntaron si había alguien mas en el lugar, tal vez un hijo o nieto que anduviera jugando por ahí.
Antes de que el velador dijera alguna palabra, se escucho que empezó a bajar el elevador y al abrirse las puertas, no había nadie dentro de el.
En ese momento es cuando el velador les dijo con una sonrisa burlona que: “no hay nadie mas aquí aparte de nosotros, bueno, no hay mas seres vivos aparte de nosotros”, y les empezó a platicar de las sombras que aparecían de repente para desaparecer en un instante y de como el ya se había acostumbrado a convivir con eso.
Posteriormente y con el pasar de los años, este cine fue decayendo poco a poco y después de entrar en huelga junto con otras salas de la ciudad, fue cerrado al publico.
Pero aun se dice, que si pasas por esos rumbos en la madrugada, puedes llegar a ver sombras misteriosas y escuchar puertas que se cierran junto con susurros que se pierden en la noche.
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