En 1915, después de la haber sido derrotado en la batalla de Celaya, Francisco Villa comenzó a concentrar sus fuerzas en León, donde tenía ya reunidos a aproximadamente 32 mil hombres y esperaba recibir otros cinco o seis mil más.
Por otro lado Álvaro Obregón decidió seguir a los villistas en su retirada. Villa se replegaba hacia León, por estrategia, para llevar a Obregón a los campos de esa zona del Bajío, donde creía ser más poderoso con su caballería.
Los obregonistas establecieron su centro de operaciones el 7 de mayo de 1915 en la estación de la Trinidad, la más cercana al poblado de Santa Ana del Conde. Obregón seleccionó a su infantería para formar una línea desde este poblado hasta Otates, y el 8 de mayo ordenó que la caballería atacara los cerros de la Capilla y de la Cruz, con lo que dominó una extensa área que llegaba hasta las entradas de la ciudad de León.
El 21 de Mayo, Villa recibió 8 mil hombres de refuerzo, con los cuales emprendió una gran ofensiva al amanecer el día 22. El general Felipe Ángeles continuaba el ataque, simultáneamente, en las haciendas de Otates y de Santa Ana del Conde. En este lugar, Obregón estuvo a punto de ser derrotado con la pérdida de la caballería de Francisco Murguía, además de que le faltaban municiones, agua y alimentos para sus caballos, pero logró protegerse con la línea de fuego del coronel Enríquez. Villa pensaba apoderarse de Santa Ana del Conde a toda costa, por lo que se instaló en Duarte desde la mañana del 2 de junio y ordenó al general Ángeles que cañoneara esta localidad.
La mañana del 3 de julio, Obregón salió con algunos miembros de su escolta a recorrer el patio principal de una hacienda, de la que habían recibido reportes de ataques villistas. De pronto, una guardia de soldados al servicio de Francisco Villa salió y atacó con granadas al conjunto de hombres de Obregón, quien fue herido por uno de los proyectiles, perdiendo en el acto su brazo derecho.
Al ver que lograron su cometido, los villistas regresaron a su campamento. Obregón en ese momento, sintió profundo dolor psicológico por la perdida de su brazo e intentó suicidarse disparándose a la sien con una pistola que estaba descargada. Pocas horas más tarde recobró el sentido y fue informado de la toma de León por parte de las fuerzas de Villa.
Inexplicablemente Villa ordenó el alto al cañoneo y que retrocedieran los batallones que casi se apoderaban de las trincheras obregonistas.
En las filas carrancistas, el general Hill asumía el mando en ausencia de Obregón y decidió tomar la ofensiva y acabar con el enemigo que se replegaba hacia León, con este ataque el ejército carrancista logró avanzar hasta la entrada de León haciendo huir a las tropas de Villa, el cual al sentirse derrotado se fue a Aguascalientes, abandonando gran cantidad de armas y municiones en León. Prácticamente estas últimas batallas, conocidas como de La Trinidad, configuraron el triunfo del constitucionalismo y la derrota del villismo.
Como recuerdo de esos sucesos, en la plaza principal de Santa Ana del Conde se tiene un busto con la imagen de Álvaro Obregón que es la foto que acompaña este post.
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